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miércoles, 18 de mayo de 2011

El Gobierno López destina el 79% de sus fondos municipales a consistorios del PP

Por segundo año consecutivo, el Gobierno vasco del PSE destinará la práctica totalidad de los 10,6 millones de euros que tiene reservados para reforzar los fondos económicos municipales a ayuntamientos gobernados por el PP. Sin explicitar su destino, los presupuestos de Patxi López abren el grifo a estas ayudas si su socio estratégico, el que le permite permanecer en Ajuria Enea, es el que controla el consistorio, y pasan de largo para el resto de partidos. Todo ello pese a que el número de ayuntamientos de signo popular es ínfimo: solo cinco de los 251 que componen la CAV, un 1,9%. De ellos, cuatro han recibido estos fondos. Todo lo contrario sucede con los ayuntamientos liderados por abertzales, que pese a ser mayoría no reciben ni un solo euros.

Esta particular forma de proceder sale además a la luz después de que el pasado lunes, el lehendakari López acusara al PNV de primar a unas formaciones por encima de otras. "No quiero un país de dos velocidades en el que unos progresan a costa de la marginación de otros, y menos que esa marginación se produzca para castigar a unas siglas frente a otras, como hacía el PNV cuando gobernaba", aseguró.

El 79% del dinero destinado este año por Lakua al ámbito municipal, 8,4 millones de euros, acaba en cuatro de los municipios del PP de Rioja Alavesa. Se trata de Lantziego, Labastida, Yécora-Iecora y Baños de Ebro. Hay un quinto, Moreda de Álava, gobernado por el PSE, que también es acreedor de estas ayudas. El resto recala en Andoain y Lasarte, gobernados ambos por el PSE, y Gorliz y Plentzia, donde un partido independiente ostenta el poder gracias al apoyo del PP. El quinto ayuntamiento del PP en la CAV -sin ayudas- es Lizartza.

Las dotaciones se enmarcan en una partida de los Presupuestos del Gobierno vasco denominada Diversos Departamentos, una suerte de cajón de sastre que permite a cada Ayuntamiento utilizar el dinero a su antojo. Las inversiones no deben estar ligadas a la creación de empleo, a la reactivación de la economía o a la realización de infraestructuras o proyectos que dinamicen la industria o el comercio, los ejes que deben guiar las políticas públicas en la salida de la crisis.

Tan solo se especifica en las Cuentas del Ejecutivo López el destino del dinero ingresado en las arcas de Moreda -400.000 euros para la compra y rehabilitación de la casa consistorial-, parte del de Lantziego -100.000 para el encauzamiento del río La Canal- y los 200.000 euros destinados a la mejora del cementerio de Andoain. El resto, más de diez millones de euros, están catalogados con el ambiguo epígrafe Proyectos de Inversión.

La sensación de arbitrariedad en las partidas se refuerza con las diferentes filosofías que guían los presupuestos de López y los del anterior Ejecutivo. De facto, los 10,6 millones de euros habilitados este año sustituyen a los doce millones del último programa Izartu de la administración Ibarretxe. Un fondo destinado a todos los municipios con menos de 150.000 habitantes que reforzaba el músculo financiero de los consistorios y, por tanto, su capacidad de inversión. Ahora, en plena crisis, la música y la letra cambian. Los municipios gobernados por el PP ven cómo se duplican sus presupuestos, como ya ocurrió el año pasado, y el resto asiste a la ceremonia del colapso de financiación que impide acometer reformas necesarias para sus habitantes.

La obsesión por el recorte del gasto llevó al Gabinete López a barrer el programa Izartu del ámbito presupuestario, pero la partida destinada a los ayuntamiento del PP se ha convertido en un clásico que alimenta la sensación de que los socialistas pagan un peaje por el apoyo de los populares a su gobierno.

Ayudas abiertas Los doce millones de inversión municipal de anteriores ejecutivos, abiertos a todas las localidades fuera quien fuera su gobernante, no eran prioritarios para López. Sí lo son, en cambio, partidas dirigidas a un único color político y sin un objetivo definido. Las inversiones del programa Izartu debían orientarse hacia mejoras del equipamiento local, a nivel asistencial -centros de día, hospitales o residencias- o reformas urbanísticas que beneficiaran al conjunto de los ciudadanos. Aquel programa desapareció oficialmente de los asientos contables del Gobierno vasco para ser redireccionado hacia medidas de choque destinadas a hacer frente a la crisis.

La práctica totalidad de los ayuntamientos populares recibe una notable inyección financiera en relación con su población, el resto nada o casi nada. Porque este año, en el que el control del gasto se ha convertido en el norte del Ejecutivo, los municipios socialistas, que en 2010 recibieron 1,7 millones de euros, se conforman con 1,1 millones. El resto de fondos se destina a engrasar la relación con el PP.
 
 

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